Líderes de la Unión Europea pidieron el domingo a China que tome medidas sobre su inflada industria del acero y defendió una orden a Irlanda de que reclame impuestos pasados a Apple, llamando la atención sobre las tensiones comerciales que se ciernen sobre una cumbre económica global.
El Grupo de las 20 mayores economías del mundo, que incluye a Estados Unidos, China y Alemania, entre otros países, "debe encontrar una solución con urgencia" al exceso de producción de acero, dijo el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. Juncker pidió a Beijing que acepte un mecanismo de supervisión para la sobreproducción a la que los socios de China acusan de causar precios bajos y destrucción de empleo.
Juncker también rechazó las críticas de Estados Unidos por una orden de la UE a Irlanda para que reclame a Apple 14.500 millones de dólares en impuestos. Un comité de la UE determinó que la baja tributación de la firma de tecnología equivalía a una exención fiscal prohibida.
"El comercio libre debe ser comercio justo", dijo Juncker en una rueda de prensa con Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo.
El tono duro de sus declaraciones reflejó las presiones políticas que soportan los gobiernos en un momento de débil crecimiento económico global, que alimenta las demandas de protección para las industrias locales.
Otro tema clave en la cumbre es la votación del pasado junio en Gran Bretaña, miembro del G20, a favor de abandonar la Unión Europea de 28 países. Algunos analistas han interpretado esa votación como la primera en una serie de decisiones en otros países para retirarse del comercio libre.
China, anfitriona de la cumbre, hizo del comercio el tema principal de la reunión en Hangzhou, una pintoresca ciudad situada junto a un lago al suroeste de Shangai. Las autoridades chinas han anunciado que propondrán un plan para impulsar el comercio a través de una cooperación más estrecha sobre regulación, finanzas, impuestos y otros asuntos.
Confía en que su posición como anfitriona le dé más influencia sobre la gestión de la economía global.
Los líderes chinos dicen que quieren que el G20, reunido para coordinar la respuesta a la crisis financiera de 2008, tome un papel más a largo plazo supervisando la gestión económica global.
Alemania, Corea del Sur y otros gobiernos dijeron que también querían aprovechar la reunión para abordar temas de clima, energía y posibles reformas al sistema tributario global para reducir la evasión fiscal.
La reunión de dos días comenzó el domingo con un avance diplomático, el anuncio conjunto del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su homólogo chino, Xi Jinping, de que sus gobiernos habían entregado documentos comprometiéndose a cumplir el acuerdo climático de París.
Sin embargo, funcionarios de Estados Unidos y otros países señalaron que querían abordar la capacidad de sobreproducción industrial china y otros asuntos que podrían resultar espinosos. Washington ha impuesto aranceles de hasta el 500% al acero chino para compensar lo que los reguladores consideran subsidios inadecuados.
China, el mayor productor mundial de acero, se ha comprometido a reducir su capacidad de producción en entre 100 y 150 millones de toneladas para 2020, una promesa que Xi reiteró el sábado.
"Esto es un problema global, pero con una dimensión específica china que debemos abordar", dijo Juncker. "Insistimos mucho en la necesidad de tomar esto en serio".
Por otro lado, el funcionario europeo defendió de las críticas estadounidenses la orden de la UE sobre los impuestos pagados por Apple. Un comité de la UE concluyó que Apple recibió ayudas fiscales inadecuadas porque pagó menos impuestos que otras empresas. Irlanda ha hecho de sus bajos impuestos una parte de su estrategia para atraer inversiones.
Juncker rechazó las sugerencias sobre que la UE hubiera atacado de forma deliberada a una empresa estadounidense y señaló que otras órdenes europeas en materia fiscal han afectado a compañías europeas, como por ejemplo una decisión de enero que afectó a 35 compañías, la mayoría europeas.
"Esto no es una decisión contra los Estados Unidos de América", dijo Juncker. "Basamos nuestras decisiones en los hechos".
A su vez, Tusk reiteró la postura de la UE sobre la posible salida británica del bloque al afirmar que no habrá negociaciones con Londres sobre las relaciones futuras hasta que comience oficialmente el proceso de salida. La incertidumbre sobre la situación de comercio, inmigración y otros temas críticos ha afectado a la actividad empresarial y provocado ansiedad entre los inversionistas.
"Debemos proteger los intereses de los miembros de la UE que quieren permanecer juntos, no del único que quiere marcharse", dijo Tusk.
En una rueda de prensa conjunta con Obama, la primera ministra británica, Theresa May, dijo que su gobierno seguirá adelante con su salida y trabaja para crear nuevas oportunidades comerciales.
"No habrá un segundo referendo, ningún intento de dar marcha atrás o escapar de esto", dijo May.
Los dos mandatarios intentaron restar importancia al efecto de la decisión sobre las relaciones entre Gran Bretaña y Estados Unidos, pero Obama sugirió que Londres podría tener que esperar para firmar un acuerdo comercial tras su salida. Washington está centrado en completar las negociaciones comerciales con los gobiernos de Asia-Pacífico y la UE, señaló.