En la nueva película de Disney sobre los orígenes de Cruella de Vil, la responsabilidad de encarnar a la villana de la historia -o al menos a la más mala de todas- recae sobre la veterana actriz Emma Thompson, que se mete en la piel de la baronesa Von Hellman, una leyenda de la moda con un punto muy sádico.
Durante uno de los días de rodaje, Thompson acabó viajando en metro por la ciudad de Londres caracterizada como su personaje después de que el coche de producción se quedara atrapado en un atasco.
"No podíamos llegar al lugar donde estábamos rodando, así que dije: 'Tenemos que salir. Tenemos que ir en metro'. Llevaba unas pestañas enormes; parecía una llama... Juro por Dios que pensé: 'No va a pasar nada. Es solo un domingo, a las 9 de la mañana, no habrá nadie'. El metro estaba hasta arriba", le ha confesado a los duques de Cambridge en una videollamada que mantuvo con la pareja real esta semana.
Para su sorpresa, ninguno de los viajeros se extrañó de ver a una mujer vestida como un icono de estilo de los años 70: "Nadie me miró dos veces. Todos pensaron claramente que era una drag queen de camino a casa después del trabajo".
Sin embargo, Emma Stone no se animó a acompañarla en su aventura con el transporte público y prefirió llegar tarde: "Me habían tenido que cargar para entrar en el coche y dije: 'No voy a ir en el metro. Emma va a ir en el metro, de acuerdo, pero yo no lo voy a hacer. Me quedaré sentada aquí durante una hora más'".
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