BURDEOS, Francia, ( AFP ) - El expresidente francés Nicolas Sarkozy era interrogado este jueves por la justicia en Burdeos (suroeste) en el marco de una posible financiación ilegal de su campaña presidencial de 2007, coincidiendo con las batallas intestinas dentro de su partido, la UMP, incapaz de designar a un sucesor.
Sarkozy, que llegó por la mañana al palacio de justicia de Burdeos, podría ser inculpado de "abuso de debilidad" en el marco del caso llamado Bettencourt, relativo a la heredera del grupo de cosméticos L'Oréal, Liliane Bettencourt, de 90 años de edad y una de las grandes fortunas de Francia.
Retirado a sus 57 años de la vida política tras haber sido derrotado por el socialista François Hollande en la elección presidencial de mayo pasado, el ex presidente podría ser interrogado asimismo como "testigo asistido", una condición intermedia entre el simple testigo y el encausado.
Esta es la segunda vez en la historia reciente de Francia que un ex jefe de Estado es convocado por un juez, después de Jacques Chirac, condenado el año pasado por dos casos de empleos ficticios en el ayuntamiento de París en la época en que él era el alcalde de la capital.
La justicia trata de determinar si dinero de Liliane Bettencourt, anciana psicológicamente frágil desde 2006, fue utilizado en proporciones muy superiores a los topes legalmente autorizados para financiar la campaña presidencial de Sarkozy en 2007 y sin que ella hubiera dado su consentimiento con plena conciencia.
La sospecha se basa en declaraciones de la ex contable de Bettencourt, Claire Thibout, quien afirmó a la policía en julio de 2010 que el hombre de confianza de la familia, Patrice de Maistre, le pidió 150.000 euros en efectivo a principios de 2007 y le aseguró que iba a entregar ese dinero a Eric Woerth, en la época tesorero de la campaña de Nicolas Sarkozy.
Los jueces tratarán de averiguar asimismo por qué Sarkozy pareció vigilar de cerca la evolución del expediente Bettencourt dado que recibió ocho veces entre 2008 y 2010 al ex fiscal Philippe Courroye, inicialmente encargado de la causa.
la saga Fillon-Copé continúa
Una inculpación comprometería el retorno a la política a corto plazo de Sarkozy, en el caso de que el ex presidente deseara hacerlo.
Desde su derrota en mayo, Sarkozy mantuvo silencio sobre sus intenciones, pero sigue siendo el candidato preferido de los simpatizantes de la derecha para la próxima presidencial francesa, prevista en 2017.
Los partidarios de la derecha tienen todas las razones para estar desencantados por los dos candidatos a la sucesión de Sarkozy al frente del partido Unión por un Movimiento Popular (UMP), Jean-François Copé y François Fillon, que transformaron la elección interna del domingo pasado por la dirección del partido en un psicodrama, aparentemente sin fin.
Proclamado vencedor por escasos votos de diferencia, Jean-François Copé rechazó el jueves la idea de una mediación del ex canciller Alain Juppé para cesar la guerra sin cuartel que lo opone a François Fillon, que impugna el resultado.
François Fillon se declaró dispuesto el miércoles a renunciar a la presidencia del partido a condición de que la misma sea asumida provisionalmente por un equipo dirigido por Juppé.
El último capítulo del culebrón de la guerra de jefes de la derecha francesa se produjo el jueves al mediodía, cuando Coppé decidió apelar a la comisión de recursos de la UMP "a fin de disipar toda ambigüedad" sobre los resultados.
Por su parte, Alain Juppé se propuso para "presidir una instancia colegial" encargada de reexaminar los resultados.
En espera del próximo capítulo, la guerra de jefes de la UMP era objeto de todo tipo de comentarios en la red, donde los internautas rivalizaban con los periodistas en los comentarios irónicos sobre este "combate de catch".