La flota internacional que intenta localizar el avión perdido de Malaysia Airlines emprendió el viernes la búsqueda submarina de las cajas negras en una franja remota del océano Índico, a unos días de que los dispositivos dejen de emitir señales para su ubicación al agotárseles las baterías.
El barco de la Armada australiana Ocean Shield, que arrastra un localizador de señales de la Armada estadounidense, y el barco de la armada británica HMS Echo, que tiene aparatos de búsqueda submarina, convergirán a lo largo de una franja desolada de 240 kilómetros (150 millas) en el Indico, dijo Angus Houston, jefe de la agencia coordinadora conjunta de búsqueda.
Las grabadoras de datos del avión perdido emiten señales que puede ser detectadas por los equipos especiales a bordo de los barcos.
Sin embargo, las cajas negras dejan de transmitir las señales unos 30 días después de la pérdida de la aeronave, lo cual significa que los equipos de búsqueda tienen poco tiempo para ubicarlas antes de que se les agoten las baterías.
La ubicación de las grabadoras y los restos del Boeing 777 es posible después de que cesen las señales, pero es increíblemente difícil.
La zona en la que los barcos efectúan la búsqueda fue escogida con base a las señales detectadas por satélite que emitió cada hora la aeronave después de que desapareciera del radar el 8 de marzo cuando efectuaba un vuelo de Kuala Lumpur a Beijing con 239 personas a bordo.
Esa información, más la recabada sobre la velocidad y las maniobras que hubiera hecho el aparato, propició la búsqueda en la franja donde se efectúa en el Indico, dijo Houston.
"La búsqueda comenzará en la zona que se considera como la más probable donde cayó el avión", expresó Houston. "La decisión sobre la franja se basó en la información que llegó muy recientemente y es la mejor disponible, agregó.
Los aviones y barcos que participan en la búsqueda han fracasado en su intento de encontrar rastros del avión perdido.
Debido a que el localizador de cajas negras puede ubicar señales a una profundidad de 6.100 metros (20.000 pies) es posible que pueda encontrar los dispositivos aun cuando esté en la parte más honda de la zona de búsqueda, que está a 5.800 metros de profundidad (19.000 pies) bajo la superficie.
No obstante, el localizador debe pasar en el rango donde se hallan las cajas negras, lo que es complicado debido al tamaño de la zona de rastreo y el hecho de que el aparato debe desplazarse lentamente por el agua, a una velocidad de entre uno y 5 nudos por hora.
La localización de restos flotantes del aparato es crucial para angostar la zona de búsqueda, porque las autoridades pueden recurrir a información sobre las corrientes oceánicas para seguir la pista hasta el lugar donde el avión quizá cayó en el mar, y dónde podrían ubicarse las grabadoras que contienen información de vuelo.
Estos dispositivos facilitarían información crucial sobre las condiciones en las que volaba el avión perdido así como las comunicaciones o sonidos en la cabina.
A pesar de las semanas infructuosas de búsqueda, Houston señaló que mantenía la esperanza de que se encuentre algún rastro.
"Creo que hay grandes posibilidades de encontrar algo en la superficie", agregó. "Hay muchas cosas en los aviones que flotan", apuntó.
Una flota integrada por 14 aviones y nueve barcos participaba en la búsqueda en un sector de 217.000 kilómetros cuadrados (84.000 millas cuadradas) ubicado a unos 1.700 kilómetros (1.100 millas) al noroeste de Perth, dijo el Centro de Coordinación de Agencias que supervisa la misión.
La zona de búsqueda cambia de lugar cada día a medida que el equipo investigador analiza toda información pequeña y disponible tanto de radar como de satélite, mientras sopesa hacia donde pudieron trasladarse algunos restos a la deriva debido al clima y las corrientes oceánicas.
FUENTE: AP