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Los Barragán, la familia diezmada por el naufragio en Colombia

Cuatro hermanas y la hija de Jorge Barragán emprendieron un tour por Colombia que terminó el domingo con dos de ellas muertas y otra desaparecida. Las cinco mujeres paseaban en la represa El Peñol-Guatapé cuando la embarcación que las transportaba se hundió súbitamente.

"La familia se acabó, esa vaina no, que no le pase a nadie, hermano", dijo a AFP Barragán, al hablar sobre el naufragio del buque "El Almirante" en un embalse a unos 80 kilómetros de Medellín, segunda ciudad de Colombia, que hasta ahora deja siete muertos y dos desaparecidas.

Conmocionado, con la mirada perdida y poco que decir, el menor de los ocho hermanos Barragán cuenta que la tarde del domingo recibió una llamada de su hija y una de sus hermanas contándole lo sucedido: el bote en el que almorzaban y las paseaba por el lago, junto a unas 165 personas se había hundido y no sabían nada de sus otras hermanas Edilma (58 años), Aura Estella (62) y María Hilda (82).

"Es lo único que tenía, contaba con ellas para todo", explicó Jorge, cuya familia fue la más afectada por la tragedia. Las tres mujeres eran solteras. María Hilda y Aura Estella estaban pensionadas, mientras que Edilma se dedicaba al cuidado de sus hermanas.

La llamada de su hija lo encontró en la ciudad donde todos vivían, Facatativá, a unos 360 kilómetros de Guatapé, uno de los principales sitios turísticos de Antioquia, cuya capital es Medellín. Cogió carretera y llegó a la medianoche del domingo.

"Averiguamos en los hospitales, en todo lado, y no" las encontramos, afirmó con la voz entrecortada. El lunes las autoridades identificaron los cuerpos de María Hilda, la mayor de la familia, y de Edilma. En tanto, este martes más de 30 buzos especializados siguen buscando a Aura Estella y a otra mujer, Erika Quinchia, de 35 años.

"Los cuerpos se han encontrado en condiciones de envolvimiento, han estado todos atrapados por los escombros en la nave", señaló César Augusto Tamayo, un buzo de la Defensa Civil con más de 20 años de experiencia y que participa en las labores de búsqueda.

La poca visibilidad y las bajas temperaturas del agua han dificultado las labores de los submarinistas, que descienden hasta 40 metros para revisar las cuatro cubiertas de la embarcación, donde pululan cajas de gaseosas, sofás, partes de vajillas y objetos personales de los ocupantes.

De no haber sido por estos elementos, "la búsqueda hubiera sido más fácil", apuntó. Grupos de tres buzos hacen recorridos por hasta 15 minutos y luego salen a la superficie para darle paso a otro trío de rescatistas.

"La embarcación está en muy buenas condiciones, no notamos que esté quebrada o fracturada", aseguró Tamayo. Las autoridades desconocen la causa de la tragedia, aunque descartaron un sobrecupo. Según testigos y sobrevivientes, la mayoría de turistas no tenía chaleco salvavidas.

Estaba previsto que el tour de la familia Barragán, que incluyó visitas por el Caribe colombiano, finalizara ese fatídico domingo. De Guatapé regresarían a Medellín y de allí partirían a Facatativá.

Jorge habló por última vez con su familia horas antes del accidente. Me dijeron "que estaba todo bien, que entraban a almorzar aquí y a dar la vuelta".

Sentado en una carpa naranja que las autoridades instalaron en el malecón del embalse, a unos 700 metros del punto del hundimiento, Jorge espera que las autoridades le den noticias del cuerpo de Aura Estella. En Medellín lo esperan las dos Barragán sobrevivientes.

Psicólogos de la Alcaldía de Guatapé, que el domingo decretó tres días de luto, lo asisten, acompañan e intentan consolarlo.

"Ojalá que no se me fueran, porque créame que es un vacío muy grande", dijo.

FUENTE: AFP