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Acusan al presidente sudanés de genocidio en Darfour

LA HAYA (AFP). El fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), Luis Moreno Ocampo, pidió el lunes a los jueces de ese tribunal emitir una orden de arresto contra el presidente sudanés Omar el Bechir por "genocidio" en la provincia de Darfur, una acusación inmediatamente rechazada por Jartum.

"He sometido a los jueces una demanda de orden de arresto contra Omar el Bechir por genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra", declaró Moreno Ocampo a la prensa, tras presentar las pruebas ante los jueces.

El magistrado argentino espera una decisión de aquí a "dos o tres meses", tiempo necesario para que los jueces "analicen las pruebas". Según los estatutos de la Corte, la petición puede ser aceptada, rechazada o se pueden pedir más pruebas al fiscal.

Sudán ha rechazado inmediatamente estas acusaciones y ha amenazado con una "reacción" si el asunto llega ante las Naciones Unidas. "Ahora estamos contra la CPI", resumió un portavoz.

Se trata de la primera petición de arresto de un jefe de Estado en funciones ante la CPI, el único tribunal permanente competente para juzgar a los autores de crímenes de guerra, contra la humanidad y de genocidio.

También es la primera vez que se lleva ante los jueces el crimen de genocidio. Según Moreno Ocampo, el genocidio "fue decidido por el mismo Bechir" cuando ordenó a sus hombres "no dejar heridos ni traer prisioneros".

Entre los cargos por los que pide la inculpación se encuentra el asesinato, la violación, la exterminación y la deportación.

Según el fiscal, Bechir "movilizó al conjunto del aparato estatal", incluyendo a las fuerzas armadas y a los servicios de inteligencia, para colocar "intencionadamente" a 2,5 millones de desplazados en "condiciones de existencia que sólo podían acarrerar su eliminación física".

Moreno Ocampo sostiene que tiene pruebas de que esa política provocó la muerte de 118,000 personas y que 35,000 civiles perecieron en los enfrentamientos.

Estados Unidos llamó a la calma en la región, en tanto que el secretario general de Naciones Unidas, Ban ki-Moon, indicó que esperaba que Sudán "siga cooperando plenamente" para asegurar la seguridad del personal de la ONU en el país africano.

La Liga Arabe convocó el sábado una reunión de urgencia a nivel ministerial y la Unión Africana reiteró su preocupación por el proceso de paz en Darfur.

Las ONG de defensa de los derechos humanos aplaudieron el trabajo del fiscal como un "paso significativo" hacia "el fin de la impunidad" en Darfur, que puede además "contribuir a estabilizar la región".

Las armas "seleccionadas por Bechir, las más eficaces, son la violación, el hambre y el miedo"; las víctimas son generalmente mujeres y jóvenes refugiadas en los campos que no tienen comida y que son violadas cuando intentan salir de para encontrar alimentos, acusó Moreno Ocampo.

Una vez violadas, las mujeres son rechazadas y sus hijos abandonados o asesinados.

"Los ataques se concentran sobre los civiles, mujeres y niñas, y no contra rebeldes" armados, recalcó el fiscal.

Para los que escapan de las violaciones y las bombas "no hay balas, el desierto hará el resto", añadió citando a una víctima.

El domingo, un millar de sudaneses se manifestaron contra la CPI; el gobierno aseguró que garantizaría la seguridad de las organizaciones internacionales en Sudán, pero repitió que la CPI iba a "destruir el proceso de paz" en Darfur.

El martes, siete soldados de las fuerzas mixtas ONU-Unión Africana (Minuad) encargadas de mantener la paz en Darfur fueron asesinados en un ataque que según fuentes diplomáticas no fue realizado por rebeldes.

La CPI, encargada en marzo de 2005 por el Consejo de Seguridad de investigar la situación en Darfur, ya ha emitido órdenes de arresto contra los sudaneses Ahmed Harun, actual ministro de Asuntos Humanitarios, y Ali Kosheib, jefe de la milicia árabe pro gubernamental Janjawid.

Pero Omar el Bechir siempre se ha negado a entregarlos a la CPI.

Después de 2003, las fuerzas gubernamentales, apoyadas por las milicias Janjawid luchan contra los movimientos rebeldes de Darfur. El conflicto ha dejado más de 300,000 muertos y obligado a desplazarse a más de 2,2 millones de personas según la ONU. Según el gobierno sudanés, los muertos no superanlos 10,000.

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