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Rusia dicta tono en Ucrania: diplomacia y amenazas

Rusia recurrió el lunes a una combinación audaz de diplomacia y creciente presión militar en torno a la crisis de Ucrania: pidió la adopción de un acuerdo de unidad nacional en el país vecino pero al mismo tiempo apretó su control sobre la región ucraniana de Crimea.

La Unión Europea y Estados Unidos no lograban hallar soluciones contundentes mientras los mercados mundiales entraron en pánico ante la perspectiva de una agitación violenta en el corazón de Europa.

Crecían los temores de que el Kremlin trate de tomar el control de otras partes prorrusas en el este de Ucrania, lo que azuzaría el sentido de urgencia en los esfuerzos de Occidente para desactivar la crisis.

El secretario de Estado norteamericano John Kerry se dirigía a Kiev en una clara expresión de apoyo a la soberanía de Ucrania, mientras la Unión Europea amenazaba con adoptar una serie de medidas punitivas al convocar a una cumbre de emergencia sobre Ucrania el jueves.

Sin embargo, Rusia parecía estar llevando la batuta.

Durante la sesión de apertura del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, dijo que el nuevo gobierno de Ucrania debía respetar el acuerdo del 21 de febrero firmado por el presidente prorruso Viktor Yanukovich —pero no por Moscú— con el que se buscó desactivar la crisis de Ucrania.

El mandatario prófugo huyó a Rusia luego de sellar el pacto con líderes de la oposición ucraniana y con los ministros de Relaciones Exteriores de Francia, Alemania y Polonia. El pacto contemplaba la celebración de elecciones anticipadas y la entrega de muchos poderes.

"En lugar del prometido gobierno de unidad nacional", dijo Lavrov, "ha sido creado un 'gobierno de los vencedores'''.

Lavrov justificó el uso de tropas rusas en Ucrania como una protección necesaria a los rusos que radican allí.

"Esta es una cuestión de defender a nuestros ciudadanos y compatriotas, asegurar el respeto a los derechos humanos, en especial el derecho a vivir", afirmó.

Luego vinieron unas dramáticas afirmaciones de Ucrania de que las tropas rusas habían dado un ultimátum a dos buques de guerra ucranianos para rendirse o ser incautados, lo que llevó al presidente interino de Ucrania a acusar a Rusia de "piratería".

Cuatro barcos de la Armada rusa en el puerto de Sebastopol bloquearon el paso a la corveta Ternopil y al buque de guerra Slavutych, ambos de Ucrania, informó Maksim Prauta, portavoz del Ministerio de Defensa ucraniano.

El presidente interino Oleksandr Turchynov dijo que los comandantes y las tripulaciones de ambos barcos estaban "dispuestos a defender sus naves... Están defendiendo a Ucrania".

En Moscú, Vladimir Anikin, portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia, rechazó la versión de un ultimátum ruso y lo desestimó como una tontería, pero se negó a dar detalles.

No estaba claro qué era lo que Occidente podría hacer para hacer que Rusia retrocediese. El arma más clara a disposición de la Unión Europea y Estados Unidos parecía ser el uso de sanciones económicas que congelen los activos rusos o suspendan acuerdos multimillonarios con Rusia.

La noche del lunes, la UE amenazó con congelar el otorgamiento de visados y las conversaciones de cooperación económica, así como boicotear la cumbre del G8 en Rusia, si Moscú no se retira de la península de Crimea para el jueves, cuando inicia la cumbre.

Las consecuencias económicas del avance militar ruso en Crimea se sintieron intensamente: la bolsa de valores de Rusia cayó un 10% el lunes y su moneda descendió a su mínimo histórico frente al dólar.

Europa Occidental, sin embargo, también podría sufrir las consecuencias económicas de una Rusia desafiante, pues la UE depende en gran medida del gas natural ruso, que fluye a través de una red de gasoductos ucranianos y otros.

El lunes estaba claro que Crimea había sido convertido en un protectorado de Rusia.

Las tropas rusas controlaban el lunes todos los puestos fronterizos de Crimea, así como todas las instalaciones militares del territorio ucraniano.

Las fuerzas de Moscú también controlaban una terminal de transbordadores en la ciudad ucraniana de Kerch, a unos 20 kilómetros (12 millas) por barco desde Rusia. Este hecho intensificó los temores en Kiev de que el Kremlin envíe más tropas a la península a través de esa ruta por el Mar Negro. La región de Crimea alberga la flota rusa.

Serguei Astakhov, portavoz de la Guardia Fronteriza de Ucrania, dijo que cuatro buques militares rusos, 13 helicópteros y ocho aviones de transporte habían llegado a Crimea en violación de los acuerdos que permiten a Rusia dar mantenimiento a su flota en el Mar Negro, en la base naval de Sebastopol. El acuerdo pone límites al despliegue de fuerzas adicionales en la base.

"Los rusos se están comportando con mucha agresividad", afirmó. "Ingresaron derribando puertas y ventanas, cortando todas las comunicaciones".

En Kiev, el primer ministro ucraniano Arseniy Yatsenyuk admitió que no había "por ahora opciones militares sobre la mesa" para revertir el avance militar de Rusia en Crimea.

Los soldados prorrusos rodearon las instalaciones militares de Ucrania en la península, completando el control militar sin hacer un solo disparo.

Yatsenyuk pidió a Occidente apoyo político y económico y dijo que Crimea sigue formando parte de su país a pesar de la presencia de militares rusos.

"Cualquier intento de Rusia para apoderarse de Crimea no tendrá ningún éxito en absoluto. Dennos algo de tiempo", dijo Yatsenyuk durante una conferencia de prensa con el ministro de Relaciones Exteriores británico Wiliam Hague, quien está de visita en Kiev.

"Por ahora, no hay opciones militares sobre la mesa", dijo, antes de agregar que lo que Ucrania necesita con urgencia es apoyo económico y político. "Apoyo real. Soporte tangible. Creemos que nuestros socios occidentales proporcionarán este apoyo".

Ahora los gobiernos de Kiev y de Occidente temen que Rusia pueda atacar y apoderarse de otras partes de Ucrania, en particular varias zonas prorrusas del oriente del país, el centro industrial de Ucrania y una zona agrícola importante.

Hague admitió por su parte que el Reino Unido no contempla una opción militar para revertir la incursión rusa en Ucrania, pero insistió en que Moscú debe enfrentar "costos significativos" después de sus acciones en Crimea.

La tensión entre Kiev y Moscú se elevó abruptamente luego de que el presidente ucraniano prorruso, Viktor Yanukovych, fue expulsado del gobierno por las manifestaciones opositoras a su intención de reforzar los lazos con Moscú.

Yanukovych dice ser el presidente legítimo de Ucrania. Desde entonces, tropas que Kiev ha identificado como rusas se han trasladado a Crimea, donde patrullaron aeropuertos, rompieron equipos en una base aérea y sitiaron las instalaciones militares ucranianas.

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Bennet reportó desde Kerch, Ucrania. La periodista de The Associated Press Danica Kirka en Londres contribuyó a este despacho.

FUENTE: AP