Cada fin de año, las luces y explosiones de los fuegos artificiales transforman calles y hogares en escenarios de celebración. Pero lo que muchos festejan puede convertirse en tragedia, la pirotecnia representa un riesgo especialmente alto para los niños, que son los más vulnerables a sufrir quemaduras, lesiones oculares o incluso pérdidas irreversibles. Organismos de salud insisten en que la prevención y la supervisión adulta pueden marcar la diferencia.
Alarmas oficiales: riesgos reales para menores
El Ministerio de Salud de Panamá (MINSA), junto al Cuerpo de Bomberos de Panamá y autoridades municipales, lanzó la campaña “No más niños quemados” con el objetivo de frenar el uso de pirotecnia por menores de edad durante las fiestas.
El ministro de Salud alertó que “estos accidentes con pirotecnia ocasionan mutilaciones en niños y hasta pueden provocar la muerte en algunos casos”.
Además, datos globales respaldan el peligro: organizaciones médicas advierten que incluso fuegos artificiales “menores”, como bengalas o “sparklers”, pueden alcanzar temperaturas que provocan quemaduras severas o daños oculares, y los menores carecen del control necesario para manipulaciones seguras.
Cómo celebrar sin poner en riesgo a los niños: consejos clave
Las recomendaciones destacan que la mejor forma de evitar tragedias es que la pirotecnia sea manipulada solo por adultos responsables, lejos del alcance de niños, y preferir espectáculos públicos organizados por profesionales.
Otras medidas preventivas incluyen: mantener agua o manguera a mano ante cualquier accidente, no permitir que los niños usen fuegos artificiales, ni siquiera bengalas, y evitar ventas ilegales de pirotecnia: muchas veces estos productos no cumplen normas de seguridad, lo que incrementa el riesgo de malfuncionamientos.
Disfrutar las fiestas con responsabilidad y proteger a los menores no solo evita hospitales, puede salvar vidas.




