WASHINGTON Internacionales - 

Jefe de TSA: algunas nacionalidades se vigilan más

El responsable de la Administración de Seguridad de Transportes (TSA, por sus siglas en inglés) dijo el martes que su agencia necesita una excepción a las nuevas normas del gobierno que restringen la caracterización racial de organismos públicos, para poder vigilar más de cerca a los viajeros en función de su nacionalidad y género.

La TSA somete a un escrutinio mayor a pasajeros de Siria, Yemen y otros países donde hay individuos y grupos que podrían estar conspirando para colocar una bomba a bordo de un avión, dijo en una entrevista John Pistole, administrador de la agencia.

"No es para utilizar la raza para categorizar a nadie, sino que es una forma de identificar a la gente, en especial gente en vuelos internacionales a Estados Unidos", señaló. "Si, por ejemplo, alguien es un ciudadano sirio, ésa es la cuestión. Así que desde nuestra perspectiva es más la nacionalidad que la raza".

El Departamento de Justicia emitió la semana pasada unas guías que prohibían a las agencias federales de la ley categorizar a las personas en función de su religión, origen nacional y otras características. La caracterización en función de la raza ya estaba prohibida.

La TSA, la agencia de Protección de Fronteras y Aduanas y otros organismos del Departamento de Seguridad Nacional se vieron exentas de las nuevas normas tras un debate interno en el gobierno.

Pistole afirmó que de igual modo que para la misión de la Protección de Fronteras y Aduanas puede ser relevante que alguien que intenta entrar en Estados Unidos, sea ciudadano mexicano, hondureño o salvadoreño, puede ser relevante para la TSA que un pasajero llegado en avión sea "sirio o yemení o lo que sea (...) en función de lo que sabemos por información de inteligencia actual".

Estas navidades se celebra el quinto aniversario de la trama fallida de "bomba de ropa interior" que preparó al-Qaida en la península Arábiga para volar un avión con destino a Detroit. El incidente de 2009 fue un punto de inflexión para la TSA, que comenzó a centrarse en buscar bombas no metálicas que los terroristas pudieran ocultar en su cuerpo.

Pistole dejará a final de mes su puesto en la dirección de la TSA, después de cuatro años y medio accidentados en los que la agencia intentó equilibrar la privacidad de los pasajeros con la seguridad, y mantenerse un paso por delante de los terroristas que buscan nuevos modos de meter bombas en los aviones.